martes, 28 de febrero de 2012

GERARDO BLYDE / Demasiado país para construir


 

altPara todos los baruteños sin excepción mis palabras de agradecimiento y compromiso
Los verdaderos demócratas sabemos aceptar tanto las reglas como las decisiones de aquellos a quienes les corresponde elegir. Durante mi vida pública me he presentado a varios procesos electorales. El primero de ellos fue en 1999. Durante el proceso constituyente presenté mi nombre para integrar la Asamblea Nacional Constituyente y poder así ser parte de quienes redactaran la nueva Constitución. Se eligieron 24 constituyentistas nacionales. Quedé por pocos votos en el lugar 25 de los más de 100 que presentamos nuestros nombres. No gané pero eso no me hizo más débil. Al contrario, desde afuera del seno de la constituyente seguí cada debate, cada propuesta, di mis opiniones y algunas de ellas se materializaron en el texto constitucional.
En 2000 presentamos nuestro nombre para las elecciones legislativas. No había unidad, no sabíamos que la misma era necesaria y, aun así, logramos el apoyo mayoritario para ejercer las funciones de diputado durante el período 2000-2005. Al salir de aquel período legislativo tan duro, nuestra conciencia estaba en paz por el deber cumplido. Nos dedicamos de nuevo a nuestras actividades privadas y partidistas. Somos firmes creyentes de la necesidad de fortalecer a los partidos políticos para hacerlos instrumentos de unión entre personas de pensamiento afín. Pero también somos defensores de la libre discusión de ideas y del ejercicio de la política conforme a las conciencias de cada uno. No vemos al ser humano como un rebaño a ser guiado. Cada individuo es un ser privilegiado y digno que debe ser respetado, así piense diametralmente opuesto a como uno piensa.
En 2008 presenté mi nombre para ocupar el cargo de alcalde de mi querido municipio Baruta y logramos también el apoyo de nuestros vecinos. Nos ha tocado administrar en tiempos duros, con oposición externa e interna. La unidad democrática convocó a elecciones primarias y, como es del conocimiento público, perdimos por poquísimo margen y lo aceptamos. Casi la mitad de los electores que acudieron a votar nos respaldaron. Para ellos todo mi agradecimiento personal y el de todos quienes me acompañan en esta gestión. Para todos los baruteños sin excepción mis palabras de agradecimiento y de compromiso. Responsablemente durante los próximos catorce meses que me restan en el cargo, daré junto a mi equipo -con más fuerzas y más ánimo- todo lo que de nuestra parte esté para seguir avanzando juntos por Baruta.
Desde 1999, cuando me inicié en política, he sostenido que una persona no es el cargo que ocupa. Lo he practicado. Sueño, como muchos venezolanos, con un país en donde sus instituciones sean más fuertes que los individuos que siempre de manera transitoria las dirigimos. Las personas estamos en los cargos pero no somos los cargos. Cuando las personas se enferman de poder se amarran a los cargos públicos. Si un Presidente, un Gobernador, un Alcalde o un Diputado piensa que nadie es sin el cargo, se pega a ese cargo por cualquier medio, no permite el relevo, hace lo imposible por mantenerse en él. Si en cambio se tiene la conciencia de que los cargos siempre son transitorios, quien lo ocupa hará todo lo que esté a su alcance para fortalecer la institución y tendrá claro que el cargo pertenece al pueblo y que es el pueblo quien pone y quita con sus votos y lo acepta.
Inmensos retos tenemos por delante. Demasiado país por construir. Seguiremos hasta abril de 2013 haciéndolo desde Baruta y siempre pondremos por delante las inmensas ganas de transformación y modernización de nuestra patria para lograr tener un país de ciudadanos libres, iguales ante la ley, con instituciones sólidas que funcionen y estén a su servicio, con gobernantes que no abusen del poder para servirse a sí mismos o a sus personalísimas causas.
No serán fáciles los venideros meses. El panorama nacional se complica cada día. Dos proyectos se enfrentarán duramente para lograr el voto mayoritario de los venezolanos. Los unos pretenderán continuar por las sendas ya conocidas del socialismo-comunista desfasado y retrógrado al que debo reconocerle quizás una sola cosa: el humanismo. Lástima que lo desvirtúen con la mayoría de sus acciones, sobre todo cuando se excluye, persigue e irrespeta a quien no se sienta identificado con sus postulados.
Los otros representan una visión de modernidad y de futuro que viene irrumpiendo. Ellos nunca deben olvidar que cualquier política pública debe tener siempre como eje al ser humano, no para utilizarlo como rebaño, sino para apreciarlo en toda su dimensión individual y colectiva. No se contagien de la enfermedad del poder por el poder mismo. No sean sectarios. Recuerden que lo vivido hasta hoy lo produjo la enfermedad del poder.

gblyde@gmail.com / @GerardoBlyde

Artículo publicado en El Universal

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