domingo, 23 de septiembre de 2012

NADIE HABLA DE LA PRESENTACIÓN DE LA MISIÓN VIVIENDA EN LA BIENAL

ARQUITECTURA EN VENEZUELA
FORO DE LA CIUDAD

El arquitecto Jimmy Alcock se refirió a la polémica Bienal de Venecia. Está en desacuerdo con el premio a la Torre de David; sin embargo, considera que hay que prestar atención a algo más delicado: la presentación de la Misión Vivienda en el encuentro.

23/09/2012
AUTOR. Diajanida Hernández

Cuando Jimmy Alcock recibió una llamada de Europa para contarle que Torre David: gran horizonte obtuvo el León de Oro al mejor proyecto en la Bienal de Arquitectura de Venecia no lo podía creer. Hoy aún no lo cree.


La historia del premio es conocida. Alfredo Brillembourg y Hubert Klumpner, del Urban Think Tank, presentaron en la Bienal un libro de 450 páginas que narra lo sucedido con la Torre de David: un rascacielos que se proyectó para ser un centro financiero y se quedó a medio construir fue invadido y devino en un barrio vertical donde viven 852 familias -alrededor de 3.000 personas-.

Brillembourg y Klumpner mostraron fotografías y entrevistas a la gente que habita en el lugar y el jurado de la Bienal de Venecia le otorgó el León de Oro al mejor proyecto representante del tema de Common Ground al Urban-Think Thank: "Y a los habitantes caraqueños que han creado una nueva comunidad y una casa a partir de un edificio abandonado e inconcluso". Además, elogiaron a los arquitectos: "Por haber reconocido la potencia de este proyecto de transformación: una comunidad espontánea que crea su hogar y una nueva identidad al ocupar la Torre David, y que lo hizo con talento y determinación. Esta iniciativa se puede entender como un modelo inspirador que reconoce la fuerza de las asociaciones informales".

-La polémica con el libro del Urban Think Tank comenzó desde que se supo que el colectivo estaría presente en la Bienal. Usted fue uno de los primeros que manifestó su desacuerdo e hizo público un correo crítico que le había enviado a Alfredo Brillembourg.

-Sabía de la participación de ellos, había visto el catálogo, pero no pensé que podría ser premiado. Quien preside la Bienal de Venecia es un arquitecto muy importante mundialmente (David Chipperfield), conozco su obra; el jurado también era gente de prestigio (Wiel Arets, Kristin Feireiss, Robert A.M. Stern, Benedetta Tagliabue y Alan Yentob). Cuando me enteré de lo del premio no lo podía creer. Que personas de esa categoría hayan premiado una cosa que para mí es la "antiarquitectura". Todavía no lo puedo creer.

Torre David: gran horizonte es una forma muy cínica de presentar y usar la pobreza. Fíjate lo que dice el cineasta Thaelman Urgelles, quien escribió un artículo y me lo envió: "El premio ¿es acaso un sarcasmo, una crítica del espanto a través de la ironía? Pues no, el premio se confiere con toda la sinceridad del curador y los jurados europeos, quienes nos miran a los latinoamericanos como especímenes de su particular espeleología social o, peor dicho, no pierden la oportunidad de alimentar su arrogancia al celebrar nuestra miseria y descomposición, elevándola a la categoría de arte". Urgelles habla de la visión que Europa tiene de nosotros, sí, eso puede ser, pero para mí ese argumento no es suficiente.

-¿Qué lectura hace usted del premio?

-El León de Oro es uno de los galardones más importantes que otorgan las Bienal es en el mundo, es algo así como los premios que entregan festivales de cine de la categoría de Cannes y Venecia. Para mí, la Bienal perdió prestigio al reconocer la Torre de David. La arquitectura no es un happening; con la arquitectura no se juega, porque involucra al ser humano. En ese edificio hay 3.000 personas que viven en condiciones delicadas.

El primer premio se lo dieron a un grupo japonés (Naoya Hatakeyama, Kumiko Inui, Sou Fujimoto y Akihisa Hirata) que presentó un proyecto para resolver la emergencia del desastre provocado por el tsunami, que sí tenía un valor y que combina soluciones que Venezuela podría haber mostrado si se hubiera trabajado en el deslave y en las emergencias que hemos vivido. Se trata de proponer soluciones arquitectónicas, poner nuestros proyectos, nuestras ideas, para ayudar. El verdadero reconocimiento es para el grupo japonés.

-Con el premio de la Bienal de Venecia al Urban Think Tank han salido a relucir otras cuestiones. Se han señalado faltas éticas de Brillembourg y sus socios. Por ejemplo, se ha dicho que utilizaron el trabajo de documentación de otros para hacer Torre David; está circulando por las redes sociales un texto de Matías y Mateo Pintó en el que denuncian el apropiamiento del proyecto del Gimnasio Vertical de Chacao por del Urban Think Tank.

-Este no es el primer caso de plagio de ellos. Está el del Gimnasio Vertical de Chacao, que tiene tiempo. Alfredo Brillembourg lo que busca es figurar, y es muy hábil. Eso es parte de su juego. Ellos (el Urban-Think Tank) no tienen imaginación.

-¿Qué conclusiones se pueden sacar de esta polémica?

-A mí me preocupa un punto en especial: la presentación de Venezuela en la Bienal. Nuestro país expuso la Misión Vivienda. Personas como yo desviamos la crítica hacia Torre David y no le pusimos el ojo a lo que nos estaba representando como país, a los venezolanos, a los arquitectos. Se presentó como el gran evento arquitectónico a la Misión Vivienda. Nadie habla de eso y para mí es más importante. Había que atacar el León de Oro a la Torre de David, pero ahora hay que concentrarse en esa presentación de Venezuela en la Bienal.

Otra cosa es el tema del pabellón. Venezuela tiene un pabellón en Venecia muy importante, considerado una joya, que hizo Carlo Scarpa, uno de los arquitectos italianos más respetados. Ese pabellón lo destartalaron para hacer unos murales para esta exposición. Desmantelaron el pabellón para enseñar la Misión Vivienda. Esa misión no es un proyecto. No tiene planificación. No respeta las zonas de uso, las ordenanzas; construyen sin servicios, sin estacionamiento. No hay ningún concepto arquitectónico ni urbanístico. Eso no pasa por ingeniería municipal, nadie los vigila, no sabemos si reúnen todas las condiciones antisísmicas. Son construcciones a toda velocidad que responden a razones políticas.

INDIGNACIÓN COMPARTIDA

Las reacciones de los arquitectos venezolanos al premio otorgado a la Torre de David circulan por la Web.

"Tengo entendido que tú (Alfredo Brillembourg) eres uno de los promotores de esta exposición. Lamento que estés involucrado en el descrédito de la arquitectura venezolana y el destrozo de esta gran obra (...) Malos augurios para tu 'Think tank'. Lamento que hayas tomado otro rumbo en tu profesión, por tus deseos de figuración".
Jimmy Alcock

"El premio no importa para nada. Ese León no es de oro, representa un insulto ante la realidad del país y un proceder miserable. Será defendido por los organizadores con argumentos que preferimos no discutir en profundidad, pues forman parte de la banal y distante mirada que avala un discurso mediocre".
Matías y Mateo Pintó

"Con todo y el pabellón de Carlo Scarpa ahora somos conocidos sólo por esa torre donde parecen congregarse, como en la Torre de Babel, nuestros vicios y confusiones, divisiones e incongruencias, incluida nuestra capacidad de sobrevivir en medio de la riqueza".
Federico Vegas

Tomado de www.cav.org.ve del 23 de Septiembre de 2012

martes, 11 de septiembre de 2012

VENECIA: LA MISERIA COMO ESPECTÁCULO


No sólo no es fácil sino muy arriesgado hablar sobre un texto cuyo contenido exacto no se conoce, pero a veces es imposible no hacerlo: el pasado 29 de agosto se le otorgó el León de oro de la Bienal de Arquitectura de Venecia al equipo Urban-Think Tank por un libro sobre la llamada Torre de David de Caracas, un rancho vertical único en el mundo.

11/09/2012
AUTOR. Marco Negrón

El jurado justificó su decisión como un homenaje "a los habitantes de Caracas y sus familias (sic) que han creado una nueva casa y una nueva oportunidad a partir de un edificio abandonado e inconcluso". Lamentablemente ese cuadro idílico de los buenos salvajes que espontáneamente, "con talento y determinación han creado una nueva casa y una nueva identidad", tiene muy poco que ver con la realidad.

La torre de David no era un edificio abandonado sino propiedad de FOGADE, que en 2001 lo subastaba por 80 millones de dólares, lo que hace inconcebible que hubiera podido ser invadido sin la complicidad de las autoridades; hay señalamientos específicos que apuntan a un concejal del PSUV y al ex-alcalde Juan Barreto como los principales promotores de su ocupación. Antes de la invasión, sin que ninguna autoridad interviniera para impedirlo, fue sometido a una intensa depredación por comerciantes informales que cargaron con todo lo que fuera transportable y tuviera valor. Sobre la vida interna del complejo, donde se calcula que habitan unas 700 familias en 28 de sus 45 pisos, se han tejido toda clase de historias difíciles de comprobar debido a la extraterritorialidad de facto de que goza la infraestructura; debe suponerse sin embargo que, como ocurre en toda la ciudad, se trata de una población mayoritariamente trabajadora y de conducta normal, agobiada por necesidades perentorias que, frente a una prolongada crisis, la inoperatividad del Estado y el oportunismo del Gobierno, encontró esa alternativa para resolver sus problemas más esenciales aun de manera extremadamente precaria.

La determinación de esas personas, su coraje para no rendirse frente a la adversidad y la incompetencia oficial, son sin duda merecedores de los mayores elogios, no así la solución: los autores del libro sostienen, sin sonrojarse, que la Torre es "un símbolo del fracaso del neoliberalismo" cuando en verdad se trata de la consagración del capitalismo más salvaje: una pequeña oligarquía en la frontera del delito  la que lideró la ocupación- que ejerce su dominio sobre la mayoría en un territorio del que el Estado ha desertado, exactamente igual a como ocurre con los "pranes" en las cárceles o los azotes de barrio en muchas zonas populares.

En un gesto de chocante demagogia Venecia ha premiado el atraso, la quiebra de la civilización, la miseria transformada en espectáculo al gusto de un público frívolo que ha agotado no sólo la creatividad sino hasta la mínima sensibilidad humana.

Tomado de www.cav.org.ve del 11 de Septiembre e 2012

viernes, 7 de septiembre de 2012

DECLARACIÓN SOBRE LA XIII BIENAL DE ARQUITECTURA DE VENECIA


Ante la indignación generalizada que ha provocado el otorgamiento del "León de Oro" en el renglón de mejor proyecto de la Muestra Common Ground (Suelo Común) en la XIII Bienal de Arquitectura de Venecia, el Colegio de Arquitectos de Venezuela hace pública la siguiente declaración:

07/09/2012
AUTOR. Junta Directiva Nacional del CAV

El Premio.

Mediante el subterfugio de la proclamada Arquitectura, el jurado ha otorgado un premio, esencialmente, político. Es evidente que el sofisticado happening para europeos ociosos al que se premia no le permitió otro tipo de valoración. En sus consideraciones, el jurado no menciona ni un solo criterio de orden disciplinar, sea arquitectónico o urbanístico. Se valora, por el contrario, la supuesta creación de "una nueva comunidad" y de "una nueva 'identidad', calificándola de "comunidad espontánea" y de "modelo inspirador". Y en tal sentido, el jurado premia por igual (diríamos, ex-aequo) a "los habitantes de Caracas y a sus familias" y a los arquitectos de la Torre David/Gran Horizonte, que han "reconocido la potencia de este proyecto de transformación". Entendemos, por tanto, que los arquitectos deberán compartir el valioso galardón con los 3.000 habitantes de la Torre también premiados.

El Jurado.

Al otorgar un premio con argumentos de política populista barata, el jurado internacional (cuatro arquitectos europeos y uno estadounidense) ha quedado totalmente en evidencia. No solo muestra su lejanía e ignorancia de los problemas reales de la arquitectura y de los habitantes de nuestros países, y su acercamiento superficial y descontextualizado al drama cotidiano de miles de seres humanos sin hogar, sino que revela como en la civilización del espectáculo hay cabida también para los intelectuales que utilizan para sus propios fines, y hasta rindiendo cínicamente tributo, las condiciones más miserables del hábitat metropolitano. Y hacer esto hoy, en relación a Venezuela, tampoco tiene nada de ingenuo ni inocente.

El Proyecto.

El proyecto premiado, Torre David/Gran Horizonte, que se exhibe en los espacios de la Bienal, tampoco es inocente. Se trata de una arepera De Luxe ("Gran Horizonte") para curiosos y turistas, adornada con fotografías y videos de la "ocupada" Torre. El propósito de esta "puesta en escena", se explica textualmente en el proyecto, sería la de recrear un hipotético restaurant en la terraza de la Torre "donde los visitantes se diviertan, puedan comer y, en general, saborear Suramérica" (!).

Esa Torre, "símbolo del fracaso del neoliberalismo y del auto-empoderamiento de los pobres", presentaría, supuestamente, "un nuevo modelo de vida urbana que da a los ciudadanos una participación más igualitaria en la ciudad". El gran artífice de todo esto no podía dejar de mencionarse: "Chávez no solo tolera sino que ha animado ocupaciones civiles de edificios vacios y otros símbolos de interés privado, como centros comerciales y campos de golf", con el resultado de que "tal populismo empodera al pueblo". Así, la Torre David "permanece como un potente símbolo de cómo la acción directa puede cambiar la exclusividad vertical en redistribución horizontal". Que toda esta cháchara politiquera haya recibido un premio más allá de los sectarios confines en donde el actual gobierno condecora a sus seguidores, solo revela el desvarío de algunos intelectuales europeos que huirían despavoridos si, en lugar del catalejo con que el que aprecian nuestro pintoresquismo tropical, tuviesen que soportar en sus países los abusos y penalidades que hoy sufre la población venezolana.

Los Autores.

Los arquitectos que han realizado esta operación de embellecimiento y banalización de la dramática situación de miles de personas que sobreviven en la "Torre del futuro", como la llaman, saben muy bien lo que están haciendo. En su vocabulario está prohibida la palabra “invasión”: la Torre está "ocupada" o "abandonada", nunca invadida. "Cómo se hizo esa ocupación, ya no nos concierne. ¿Qué hacer ahora con los que están ahí? Eso si nos importa", expone su portavoz con el mayor descaro. "El arquitecto no hace juicios. La responsabilidad del arquitecto o del urbanista no es denunciar, es buscar soluciones (...). Hay que aceptar lo que pasó". El "realismo" cínico de estas expresiones corre parejo al oportunismo sin escrúpulos que pretende convencernos, incluso, de que gracias a su proyecto en la Bienal se inicia el debate nacional sobre la mitad de la población venezolana que malvive en la ciudad informal: ¿ignorancia supina o disparate programado para hacernos olvidar los innumerables estudios, publicaciones, proyectos y realizaciones que desde hace muchos años se adelantan en el país desde universidades, organismos gubernamentales y privados, y oficinas de arquitectura responsables?.

El Gremio.

"Si el debate sobre la Torre contribuye para que el gremio de arquitectos se involucre en este asunto mal o no atendido, habremos logrado el objetivo de la visibilidad en la Bienal". Es decir, que este grupo de filántropos y salvacionistas se presentó a la Bienal de Venecia, en realidad, para lograr el histórico objetivo de que el gremio de arquitectos se involucrase en el tema de las "ocupaciones", como ellos, en su rol de vanguardia arquitectónica, lo hicieron primero...

El Colegio de Arquitectos de Venezuela repudia firmemente el comportamiento frívolo y falseador de quienes han buscado, a cualquier precio y a costa de lo que fuera, el dudoso honor del reconocimiento en el star system de los premios internacionales, y declara que la grosera manipulación de una edificación invadida y de varios miles de refugiados no representa ningún objetivo valido para el gremio y solo sirve para testimoniar, a nivel nacional e internacional, el profundo pozo de descomposición, anarquía y pérdida de valores en que el país se encuentra en la actualidad.

Junta Directiva Nacional del Colegio de Arquitectos de Venezuela
Tomado de www.cav.org.ve del 7 de Septiembre de 2012