viernes, 29 de mayo de 2015

Carta de los vecinos al alcalde Gerardo Blyde en relación al tema de la seguridad


Firmas recogidas en asamblea de vecinos del 20 de mayo de 2015. Resto de firmas en reserva.

miércoles, 27 de mayo de 2015

"Me morí porque no me gustaban los que me querían salvar" Claudio Nazoa

No hay justificación para no cumplir. ¡Debemos votar! Hay que dejarse de exquisiteces y de pendejadas absurdas.

Algunos prefieren abstenerse porque tal o cual candidato no es simpático, o porque alguno, en cierta ocasión, apoyó al gobierno, o por cualquier otra razón. ¡Ni se les ocurra! ¡Venezuela está en emergencia!

Nunca entenderé cómo existen abstencionistas, egoístas e irresponsables, que no comprenden que, por culpa de ellos, todos nos vamos a joder muchos años más. ¿Será que no tienen familia que les duela?

En Venezuela viene un tsunami que no es silencioso y que hará temblar a estos fascistas izquierdosos de derecha que nos desgobiernan. ¡Lo que viene es grande! ¡Muy grande! Todo lo que pase dependerá de nosotros. En algunos casos, deberemos hacer de tripas corazón y votar por candidatos unitarios. Repito: no hay tiempo de ser exquisitos.

Lean esta historia que escribí años atrás:

Con mi familia abordé un barco piloteado por un capitán. Muchos ignorábamos que era brutísimo y demente. Dicho capitán, bajo el chantaje y el terror, logró que marineros ingenuos le obedecieran como miembros de una secta. Constantemente, atropelló los derechos de los pasajeros que un día, esperanzados, subieron a ese barco. A diario, amenazó con tirar por la borda a quienes protestaban y no se doblegaban a sus designios. Invadió camarotes y restringió alimentos. Además, por falta de mantenimiento, el barco estaba sucio y a cada rato se quedaba sin luz y sin agua. Como si esto fuera poco, cada treinta minutos, el capitán, en delirio, hablaba por el altoparlante durante horas. Para empeorar la situación, el mar estaba picado y chocamos contra un iceberg.

El barco se hundió. Había botes salvavidas de diferentes colores. No tuve tiempo de escoger mi color preferido. Debía salvar a mi familia.

De uno de los botes estiraron una mano. Casi ahogado me di cuenta de que el antipático del camarote del lado izquierdo, a quien tanta rabia le tenía, era quien quería salvarme.

Desde otro bote, me lanzaron una cuerda con un salvavidas. Me aferré a él. Cuando iba a ponérmelo en el cuello, me di cuenta de que era del insoportable del camarote de mi derecha. Solté la cuerda.

Caía la noche. Estaba solo. No sabía nada de mi familia. A duras penas sobreviví. La hipotermia invadió mi cuerpo. Estaba con el agua al cuello. Moriría a menos que me salvara alguien simpático y en un bote con mi color preferido.

Ahora, por mi culpa, estoy muerto para siempre.


PUBLICADO EN “EL NACIONAL” 25 DE MAYO 2015

martes, 26 de mayo de 2015

Christian Burgazzi: Al borde de un ataque de pánico - articulo de opinión

No se asuste usted, mantenga la calma en medio de esta terrificante tempestad, que, poco a poco y más temprano que tarde, irá amainando. Ajuste sus vela y aguante.
No se desespere. El que se desespera pierde.
Los desesperados y asustados, al borde de un ataque de pánico, son los jerarcas del régimen, sus testaferros y sus sucios socios enchufados.
Hay múltiples evidencias que el miedo (ese mal consejero), atrapa a los jerarcas rojos. Varios andan dando patadas de ahogado. Cada uno quiere mandar por su cuenta. Algunos intentan salvarse, otros tratan de evitar que el barco se vaya a pique antes que puedan abandonarlo, mientras hay quienes le rompen los salvavidas a sus adversarios internos, para que se ahoguen antes que ellos.
Pretenden mostrarse unidos y coherentes, disimulan sus conflictos íntimos gritando consignas vacías para el público de las galerías, ya vacías. Pero se le ven las costuras deshilachadas por todos lados.
¿Quién manda aquí? ¿Quién manda a quien?
Observe usted las contradicciones en medio de las aparentes cohesiones. No es ni siquiera necesario leer entre líneas, es suficiente leer, observar las claras señales de los acontecimientos, el ritmo del conflicto rojo, latente, al rojo vivo, a punto de ebullición.
Basten pocos ejemplos: por un lado el que “preside” “autoriza” la venta de vehículos en moneda dura ya que el bolívar es menos que blando, y sale un diputado (¿mandado por quién?) a desautorizar a viva voz lo “autorizado”, sin que el “autorizante” inicial reaccione.
Mientras el sucesor “number one” trata de congraciarse con los gringos por orden de Raúl, y, aprovechando la enfermedad, permite que el Alcalde Mayor sea operado y se quede preso en su casa, el “número dos” (ojo, sin doble sentido) agita las aguas y reacciona con inusitada represión y violencia contra sus otros presos políticos.
Ahora que más que nunca el régimen está bajo la lupa internacional, el caporal aplica sus tenazas judiciales contra medios de comunicación críticos, cada vez que se hacen públicas alucinantes sospechas contra él,
Miraflores se mantiene en silencio por muchas horas después de la más reciente noticia desde el norte contra “il capo di tutti capi”. Pero éste presiona al sucesor a retratarse con él y su banda (como amenazando, “si vamos a cambiar el traje rojo por uno naranja, nos los pondremos todos”).
La certeza de la derrota, más o menos apabullante, en las elecciones parlamentarias, los tiene aterrados. En particular al que seguramente perderá la cabeza de la Asamblea, quien además no tiene donde esconderse (ni en Cuba estaría seguro).
El ritmo y gravedad de las atrocidades y contradicciones del régimen aumentarán a medida que se acerque la fecha aún secreta de dichas elecciones. Las tensiones rojas continuarán agudizándose. La desesperación los agobiará.
Es probable que algunas de las fuerzas internas del régimen intenten atropellos extremos: suspender las elecciones o anular sus resultados por “fraude opositor”, pueden estar entre los delirios de algunos. Pero se les acabó el margen de maniobra.
El destino perdedor del régimen está sellado, es mas, ya está perdido, ya perdió; su caída final es cuestión de tiempo.
Y como no quieren hundirse solos, pueden ser mucho más peligrosos para sus “amigos” que para sus enemigos.
Después de esa histórica derrota, cualquier cosa puede pasar.
Cunde el pánico entre los jerarcas rojos.
Qué no panda el cúnico entre la gente honesta y trabajadora que quiere a Venezuela, la gente que la volverá a construir para convertirla de nuevo en tierra gracia para todos (menos para aquellos del régimen que están al borde de un ataque de pánico).
“Calma e sangue freddo”, dice mi padre a sus 93 años.

Fuente: La Patilla. 24 de Mayo de 2015

viernes, 8 de mayo de 2015

Los guardianes de la esperanza - Laureano Márquez

En el aeropuerto, en uno de esos días en los que el abuso te rebasa, en los que te apetece abandonar tus convicciones y lanzarte al estercolero nacional de la viveza, al estilo de las colitas de PDVSA tan cuestionadas en otros tiempos; cuando los que saben moverse como pez carroñero en el agua turbia se te colean sin pudor alguno y toman el vuelo en el que tú tendrías que estar, las colas se convierten en terapia colectiva donde se organiza la resistencia de la honestidad, cada vez más acorralada en la tierra de Bolívar. 

Hablamos de todo: de los negocios milmillonarios que se hacen con la reventa de cemento, a pesar de que el Banco Mundial dice que este no es un país para hacer negocios; hablamos de los raspacupos, no ya individuales, sino de las grandes corporaciones de raspacupos (mayoristas del raspado, pues); hablamos de que en Venezuela cada descalabro, cada metida de pata oficial genera un negocio floreciente que se nutre de la incompetencia; de que es muy complicado adecentar el país, porque ya es demasiada la gente que vive de la indecencia y que perdería su chamba de dinero fácil y no trabajado a la que se ha venido acostumbrando durante todo este tiempo; nos reconfortamos en hacer lo correcto, pero con la inevitable sensación de sentirnos profundamente pendejos, al ver al vivo exitoso y triunfante y en algunos casos, incluso, haciendo mofa de tu compromiso con lo que es justo y bueno. 

Hablamos de la gente que se va. Me encuentro en inmigración (¡nunca tan bien dicho!) a un querido amigo, una eminencia médica venezolana que se irá el año próximo. Lo llaman de Estados Unidos, quieren su talento allá, le facilitan la vida para que se vaya, le garantizan hasta la universidad de sus hijos. 

Este gobierno que tanto critica al imperio le ha entregado en bandeja de plata la flor y nata de nuestra formación profesional. La UCV llena de médicos al mundo desarrollado, y la USB, de ingenieros petroleros a Noruega, Canadá y Escocia. La UC le da un rector al MIT. Nuestro país está exportando su inteligencia. 

Ya son dos horas de cola; estoy desde las dos de la mañana para el vuelo de las seis. Se me ocurre que podríamos fundar la Universidad de la Cola. Aprovechar las colas cotidianas para formar gente. Todos estamos en alguna cola en este momento. Sería una extraordinaria oportunidad de llevar cultura a la gente. 

Teoría política en la cola del supermercado; introducción a la economía en Farmatodo; principios básicos de derecho en el aeropuerto. El dilema de la perfectibilidad de la democracia solo tiene una salida: compartir cultura, elevar la inteligencia de nuestros hermanos, salvarlos del que los quiere embrutecidos para dominarlos. 

Un compañero de infortunio me pregunta: ¿y usted tiene alguna esperanza? Sí, le respondo: el otro día fui a San Cristóbal y el señor que me hizo el servicio de transporte me contó que le regaló un carro a su hijo, estudiante universitario y le dijo: "Hijo, si yo me llego a enterar de que usted está vendiendo su cupo de gasolina yo le quito el carro, ¿oyó? Porque si usted quiere ganar dinero, hágalo decentemente, trabajando, pero nunca de manera deshonesta". 

Ese hombre modesto, solitario y anónimo se rebela contra la mediocridad imperante. Cuando todos a su alrededor se corrompen, él le dice a su hijo, como el evangelio de Mateo: Etiam si omnes, ego non: aunque todos lo hagan, yo no y tú tampoco, hijo mío. Son este hombre y muchos como él los que, quizá sin saberlo, le dan forma a la Venezuela que va a venir (porque va a venir). Son los guardianes de la esperanza.

*LAUREANO MÁRQUEZ, Humorista y Politológo. La única rebelión en la que creo es la democrática.

Por: Laureano Márquez
Politica | Humor
Diario Tal Cual
Caracas, viernes mayo 8, 2015

sábado, 2 de mayo de 2015

Primero de Mayo a lo Maduro, ¿menos trabajo y más bachaqueo? - Ana Julia Jatar


Recuerdo cuando en una de las interminables ceremonias de Chávez en el Teresa Carreño, al darse cuenta el “Líder Supremo” de que solo tenían botellitas de agua para calmar la sed de quienes como él estaban en el pódium, ordenó a sus escoltas que las retiraran. ¡Qué solución más chimba mi Comandante!, ¿no podría usted, con todo su poder, simplemente ordenar que repartieran agua a sus seguidores mientras lo escuchan? Pero, para mi sorpresa, esa simple solución que los colocaría a todos en un lugar mejor, no ocurrió. Por lo tanto, bajo el ensordecedor aplauso de la galería, las botellas desaparecieron y así todos estarían en igualdad de condiciones, es decir: todos jodidos y con mucha sed.
Esa es la igualdad chimba a la que todavía nos lleva por el hocico Maduro: la de todos juntos en la miseria, la de todos jodidos en la pobreza, la que perversamente nos han inyectado durante más de quince años. Esa, esa igualdad chimba nos la tenemos que sacudir porque es la ilusión torcida, producto de la envidia que hace al ser humano sentir que tiene más cuando le quitan al otro. Pero es la cooperación con todos sus retos y no la envidia lo que lleva a las sociedades a la prosperidad. Nos merecemos otra igualdad, la de los derechos para todos y la de buscar cada uno en libertad su propia oportunidad para crear.
Nunca me olvidaré de ese momento de Chávez en el Teresa Carreño porque capturaba exactamente a lo que se ha dedicado este gobierno, a volvernos más pobres y con más sed… esta vez no solo de agua.


La destrucción nos ha llevado a la escasez y a las colas. Por eso ya en el colmo de la representación de esta ideología perversa, como preámbulo al Primero de Mayo, a Maduro se le ocurre la “genial” idea de darles un día libre a los trabajadores para que tengan más tiempo para hacer las colas en busca de los productos que escasean.
El presidente quiere que trabajemos menos para hacer más cola. Bajo esta lógica, el país ideal en la mente de Maduro es aquel en el cual todos dejemos de trabajar para dedicarnos al bachaqueo. Mientras escribo estas líneas el país está atento a la posibilidad de otra atrocidad: la intervención de Empresas Polar. Si se atreven a hacerlo ya no habrá ni con qué bachaquear…
Esta revolución es la de la miseria y la destrucción. Nos hemos quedado sin producción agrícola, las empresas del Estado son probablemente tan ineficientes como las de la Unión Soviética antes de su derrumbe, el sector privado está arrinconado mientras nos hemos convertido en uno de los países de más alta criminalidad y de más grande mordaza a la libertad de expresión, líderes de la oposición están presos y sin esperanza de salir libres. En resumen, un gobierno que puede poner presos a alcaldes pero no se atreve a subir el precio de la gasolina resume una vaina que solo se ve en Venezuela. Nos hemos convertido en los líderes mundiales de la destrucción.
El chavismo ha hecho que la ideología del deterioro y del bachaqueo se apodere de Venezuela, solo la rebelión de las fuerzas creativas logrará sacarnos esta peste de encima. Tenemos con qué hacerlo porque la Venezuela creativa es hoy mayoría, solo necesitamos sentirnos orgullosos de serlo. 


La destrucción nos ha llevado a la escasez y a las colas. Por eso ya en el colmo de la representación de esta ideología perversa, como preámbulo al Primero de Mayo, a Maduro se le ocurre la “genial” idea de darles un día libre a los trabajadores para que tengan más tiempo para hacer las colas en busca de los productos que escasean.El presidente quiere que trabajemos menos para hacer más cola. Bajo esta lógica, el país ideal en la mente de Maduro es aquel en el cual todos dejemos de trabajar para dedicarnos al bachaqueo. Mientras escribo estas líneas el país está atento a la posibilidad de otra atrocidad: la intervención de Empresas Polar. Si se atreven a hacerlo ya no habrá ni con qué bachaquear…Esta revolución es la de la miseria y la destrucción. Nos hemos quedado sin producción agrícola, las empresas del Estado son probablemente tan ineficientes como las de la Unión Soviética antes de su derrumbe, el sector privado está arrinconado mientras nos hemos convertido en uno de los países de más alta criminalidad y de más grande mordaza a la libertad de expresión, líderes de la oposición están presos y sin esperanza de salir libres. En resumen, un gobierno que puede poner presos a alcaldes pero no se atreve a subir el precio de la gasolina resume una vaina que solo se ve en Venezuela. Nos hemos convertido en los líderes mundiales de la destrucción. 
El Nacional.