martes, 29 de junio de 2010

Recuperación del parque de Chulavista


Jóvenes Con La Comunidad
recupera parque Irwin Perret-Gentil




Desde hace ya 10 meses la Fundación Jóvenes con la Comunidad ha dado excelentes resultados. El parque La Guairita Irwin Perret-Gentil ubicado en el sector de Chulavista, fue recuperado luego de una jornada de trabajo llena de compañerismo y trabajo en equipo.



En esta jornada JCC con el esmero de la comunidad realizó diferentes actividades: desmalezó todo el parque, recolectó la basura y desperdicios, realizó labores de pintura en columpios e artefactos didácticos encontrados en el área, también se pintaron las paredes, caseta y se destaparon algunas caminarías tapadas ¡Con esto se logró dar el cambio tan esperado y merecido al parque Irwin Perret- Gentil.








Para Luis Somaza, Secretario General de la Fundación, es muy importante este tipo de iniciativas que van desde sembrar grama, limpiar instalaciones y pintar las estructuras de los parques. Sin embargo, las acciones del movimiento no se limitan a la recuperación de parques, también realizan donaciones y participan en cualquier actividad a favor de las comunidades, siempre con el apoyo de la Alcaldía de Baruta.



La actividad se llevo todo el día domingo, ya que al caer la tarde, los participantes cumplieron su objetivo. Después de un duro trabajo en el día se reunieron junto a los vecinos de Chulavista, donde compartieron, comieron, lleno de grandes sonrisas y abrazos. Felices por haber cumplido con la misión de recuperar el parque Irwin Perret- Gentil ese mismo día. Reacondicionar el parque para el disfrute de niños, jóvenes, adultos. “No hay nada más bonito, que llegar a tu casa y saber que pusiste un granito de arena para ayudar a tu comunidad” expreso Armando Barreto Vicepresidente de la Fundación JCC, mientras revisaba en su agenda el cronograma de las próximas actividades a realizar.


Finalmente el parque fue recuperado, se pintaron las estructuras para la recreación infantil y todas las caminarías quedaron totalmente despejadas. La próxima actividad programada por Jóvenes con la Comunidad, será la recuperación de la Plaza San Luis Rey ubicada en la zona de San Luis “ahí estaremos, como siempre, atendiendo nuestro compromiso con el municipio”, apuntó Ricardo Lares, Presidente de la Fundación JCC.


Este es el voluntariado…
Esto es amor a nuestro país…
Esto es Jóvenes Con La Comunidad

El Consejo Comunal de Chulavista agrade la colaboración que todos los vecinos puedan hacer a este grupo de voluntarios, depositandoles directamente en su cuenta bancaria, la cual citamos en la pagina principal de este blog.

Gracias a todos los que colaboraron y a la Alcaldía de Baruta por la donación de pintura.

0414 232 55 23 – 0412 260 09 28 – 0212 906 14 37
“Ayudando Con la Comunidad”
http://www.jcc.com.ve/
jovenesjcc@gmail.com
http://www.youtube.com/watch?v=_w3N-wIXd3A parte 1
http://www.youtube.com/watch?v=4BXwCwdNGwI  parte 2
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lunes, 28 de junio de 2010

ARTICULO DE OPINION: sin comentarios adicionales

Sin chivo ni mecate

Tomado de VenEconomia Opina del 28 de Junio de 2010


Y la AN aprobó, en primera discusión, una reforma a la Ley de Inquilinato, vigente desde 1999, para convertirla en la nueva Ley de Arrendamiento Inmobiliario. Entre las reformas que contendría la Ley estarían:

Que el inquilinato y la necesidad de vivienda es un derecho humano bajo los parámetros de un Estado socialista.

Que la vivienda es un derecho social no mercantilista. No se valoraría el derecho del propietario a disponer de su propiedad ni de explotarla dándola en alquiler. Por encima de ese derecho constitucional estaría el derecho del inquilino a vivir bajo un techo y no quedarse en la calle.

Que los inquilinos no podrían ser desalojados de las viviendas que ocupan bajo ningún concepto, independientemente de qué cantidad de tiempo tienen ocupando dicha vivienda. En opinión del Gobierno una persona no puede quedar a la intemperie, después de haber estado bajo un techo, así no sea propio.

Que la garantía de protección a inquilinos o arrendatarios sea aplicable a toda edificación con más de 20 años de construida, sobre la cual éstos tendrán el derecho de posesión y que se le adjudique dicho inmueble.

Que el propietario que alquila no podría enajenar o gravar sino a favor del inquilino, éste será la única persona con derecho a adquirirla. Y si el inquilino no está en capacidad económica de comprar, se estaría considerando establecer que el Gobierno compre y luego le asigne la vivienda en calidad de "uso y disfrute", sin otorgar el "derecho a propiedad". El Estado también al comprar podría pasar a ser el arrendador de la vivienda, o podría otorgar un préstamo al inquilino para comprar, bajo la Ley de Política Habitacional o con planes crediticios específicos.

Que el Estado sería quien fije el precio de la vivienda, bien en función de un porcentaje del ingreso familiar o bien en función del salario. Los inmuebles sujetos a la Ley no van a cotizarse a los precios del mercado.

Que parte de los cánones de alquiler pagados hasta determinado momento serían considerados como inicial a la hora en que se defina la venta de inmuebles de vieja data. La idea es que el derecho de preferencia no sea ejercido cuando el propietario vaya a vender la vivienda, sino que se aplique antes.

Que los inmuebles no se apreciarían según la oferta y la demanda y la inflación, sino que se depreciarían por el tiempo de uso. Para el cálculo del justo precio para la venta de viviendas en alquiler de vieja data, se podría considerar una depreciación 1,20% anual, basado en la durabilidad de los materiales de construcción, sin tomar en cuenta la inflación.

Esta Ley es un nuevo zarpazo a la propiedad privada, donde propietarios e inquilinos estarían arriesgando el chivo y el mecate. Y lo peor, lejos de resolver el problema habitacional, lo agravaría.

DIGNO EJEMPLO A SEGUIR

Este texto es cortesía de un vecino que, como muchos de nosotros, añora que algún día la comunidad de Chulavista esté organizada de una manera tan sólida como ésta pero además que, mas importante aún, hayamos tomado conciencia de la importancia de tal hecho.

Saludos, Consejo Comunal Chulavista


Prados del Este, 23 de junio de 2010


Asopraes - cumple hoy 46 años de fundada

El 23 de junio de 1964 vecinos motivados de la reciente urbanización Prados del Este, registra lo que es hoy nuestra Asociación de Propietarios y Residentes de Prados del Este - ASOPRAES. En un país donde las organizaciones duran poco, ASOPRAES es la segunda asociación de vecinos más antigua del país, con 46 años de vida comunitaria sin interrupción. Durante su trayectoria destacados vecinos han participado en numerosas actividades vinculadas con la planificación urbana, el mejoramiento de su calidad de vida y en materia de deporte, recreación, servicios, y obras sociales.

Pero mas importante aun: ha estimulado la cohesión comunitaria; ese tejido vecinal que solo se obtiene de manera voluntaria agrupando el sentir de los vecinos alrededor de afectos comunes. Actividades que se sienten propias, desvinculadas de toda imposición y obligación ideológica. Ese día a día de canalizar requerimientos y necesidades, asistir a los vecinos en sus gestiones, intermediar en solución de malestares, facilitar la búsqueda de respuesta oportuna a sus reclamos y ser el sitio amable donde vecinos pueden acudir ante su organización, recibiendo atención personalizada. Es el espacio creada por nosotros para reunirnos, conocernos y disfrutar de nuestra compañía. ASOPRAES ha sido facilitador del encuentro vecinal y estímulo a la convivencia, ejerciendo esa conserjería positiva que sin búsqueda de protagonismo obtiene su satisfacción en el solo ejercicio del trabajo comunitario.

Y es que las Asovecinos son la expresión natural de la verdadera comunidad organizada: familias de vecinos que se reúnen con el único fin de preservar y mejorar su calidad de vida. Invertimos el fruto de nuestro trabajo en una propiedad privada donde aspiramos crecer, desarrollar nuestra familia y envejecer juntos en paz y rodeados de amistad. Nuestra urbanización la quisiéramos como un lugar grato, seguro y dotado de todos los servicios que la modernidad pueda ofrecernos. Queremos formar parte de una ciudad organizada (federalista, democrática y descentralizada), con estructura municipal, atendidos por un gobierno local sensible a nuestras necesidades, dispuesto a escucharnos, atendernos y abrirnos el espacio de participación ciudadana pluralista para aquellos vecinos que así lo desearan. Las Asovecinos no son organizaciones de lucha política como tal, pueden ser muy eficientes para atender a los vecinos, mantener las áreas comunes de la urbanización, divulgar información y ejercer el seguimiento ante los requerimientos que la urbanización reclama.

Cuarenta y seis años es una larga tradición y demostración del compromiso y afecto de la comunidad ante su asociación vecinal. Pero no hay que ser ingenuos, las estructuras comunitarias están siendo objeto de grandes transformaciones que abren nuevo espacios de participación. La naturaleza apolítica de ASOPRAES limita su participación en ciertas acciones, pues está abierta a servir a todo residente de la urbanización independiente de su creer político, ideológico o religioso. No podemos predecir si los modelos que se está implantando para crear redes comunitarias que haga las funciones del Estado serán temporales o están para quedarse. Sin embargo, los modelos Comunales y ahora nuevas figuras de Gobiernos Parroquiales no significa que las Asovecinos o Asociaciones Civiles - creadas de manera espontánea y por iniciativa privada - deban desaparecer. Todo lo contrario, su legitimidad originaria les da permanencia y existirán en la medida que una comunidad lo desea, la mantenga y le da vida, como cualquier otra asociación civil y especialmente: por su significado y trayectoria.

Sin embargo, si las condiciones llegasen a ser tales que existiese un grave riesgo a la integridad de nuestra comunidad no tengan la menor duda entonces que nuevamente, como en épocas pasadas, se encontrarán a ASOPRAES firme y con la referencia moral de no pertenecer a ningún partido, ideología o lineamiento partidista que lo guíe mas que el bien común de los vecinos y sus asociados.

RG - Presidente

viernes, 25 de junio de 2010

El Llamado es a participar junto con JCC en la recuperación del parque Chulavista…


Una vez más, la invitación es a participar con gran entusiasmo y compromiso en la recuperación de esta área verde ubicadas en el municipio de Baruta en la zona de Chulavista.

A partir de las 9:00 AM de este domingo 27 de junio, Jóvenes con la Comunidad junto al apoyo de distintas organizaciones, estudiantes y trabajadores comprometidos con el país, estaremos trabajando en la recuperación del parque durante todo el día.

Contamos con tú valiosa participación. Recuerda que al poner tú granito de arena, juntos lograremos muy pronto el cambio y avance que tanto anhelamos para salir adelante y poco a poco lograr la Venezuela soñada”.

Multiplica esta convocatoria. Trae a un amigo

Fecha: Domingo 27 de junio


Hora: 9:00 AM


Lugar: Parque Chulavista.






Este es el verdadero voluntariado…
Esto es demostrar amor a nuestro país…
Esto es Jóvenes Con La Comunidad

Gracias a todos los que colaboraron y a la Alcaldía de Baruta por la donación de pintura.

0414 232 55 23 – 0412 260 09 28 – 0212 906 14 37

“Ayudando Con la Comunidad”
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jovenesjcc@gmail.com
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sábado, 12 de junio de 2010

IMPORTANTE CAMBIO DE FLECHADO EN LA ZONA

ARTICULO DE OPINION: interesante análisis sobre los consejos comunales

Consejos comunales: Una señal de los tiempos

Llamados a destrancar el desencuentro entre demandas ciudadanas y gestión pública, los consejos comunales gozan de escasa accountability. Éstas han resultado más bien unas réplicas disfuncionales, en miniatura, de la pugna mundial entre el nuevo socialismo y el capitalismo emergente. En cualquier caso, para bien o para mal, parece que allí está localizada la semilla del cambio.

Del Poder Municipal hacia arriba –en ese endemoniado cuello de botella– comienza la pesadilla, la aparatosa trabazón burocrática, la cortina de hierro gubernamental, la apretadísima tenaza centralizadora. En ese punto exacto, alguien está arruinando –de existir tal cosa– la fiesta del despertar de la autonomía ciudadana. Una fiesta que, al parecer, tiene más convidados que comensales, pues, al final de la jornada, por lo que se ve, son legión los entusiasmados con el pastel, pero unos pocos los que terminan por llevarse realmente el trozo a la boca.

Los consejos comunales venezolanos son células primigenias de poder que no son quienes tienen, en el campo de batalla, en los hechos, la peor accountability (1). Decir eso sería mentir. Algo se ha hecho, los ciudadanos se han activado y han dado su lucha como han podido, unos más y otros menos, por unas
vías o por otras, pero, hágase honor a la verdad, el concepto todavía está lejos de cristalizar en una experiencia de empoderamiento palmariamente trascendental y vigoroso. Algo no termina de hacer click. Mala cosa.

Desde la aprobación de la primera Ley de Consejos Comunales, en 2006, a esta fecha, cuando recién se aprobó en diciembre de 2009 la nueva Ley Orgánica de Consejos Comunales –ésta última ya cristalinamente atada a un modelo económico socialista–, puede afirmarse sin titubeos que la figura no ha sido del todo inoperante. Faltaba más. Pero, también es verdad que la sumatoria de logros, el acumulado
de problemas comunitarios resueltos efectivamente, dista mucho de hacer peso suficiente sobre la realidad. Los resultados no impactan en los indicadores de calidad de vida con la necesaria transparencia y visibilidad,
como para concluir que estas estructuras destrabaron el desencuentro entre demandas ciudadanas y gestión pública, en su amago de sustituir la fenecida descentralización de la Cuarta República.

De la urbe al orbe

En el particular micromundo de cada comunidad, de cada consejo comunal, tiene lugar una compleja miniatura de la nada dócil confrontación mundial entre una nueva izquierda que reivindica a Marx, la propiedad comunal, el cooperativismo, las empresas de producción social, entre otros aspectos y un
capitalismo que ensaya a trompicones un cambio de piel, que puja por salir de este trance, renovado y acaso con su inmensa deuda social saldada, o, por la medida baja, en vías suficientemente inteligibles de dar alcance a ese imperativo.

Entretanto, en la sui generis galaxia de los consejos comunales se producen pronunciados contrastes. Así, tanto las urbanizaciones de clase media alta como las barriadas más populares, han instalado su consejo comunal. ¿Qué más se va a hacer? Esto es lo que hay, hasta ahora.

Sin embargo, esta figura de organización popular tropieza orpemente con la estructura federal de la Nación, instituida en la Constitución de 1999, y refrendada en 2007 cuando los electores negaron Reforma Constitucional.

Como para atizar el fuego, para acicatear el espinazo al diablo, la victoria parcial, pero no por ello poco significativa, de la oposición en las pasadas elecciones regionales de 2008, supeditan y condicionan el accionar de los consejos comunales a un Poder Municipal transversalizado por un mapa político que no
le pertenece del todo al Gobierno, como sí es el caso de la Asamblea Nacional, por ejemplo.

“Lo que estamos viendo en la práctica en Venezuela, es un choque de trenes muy fuerte, entre las intenciones de implantar el comunismo en el país y la resistencia que están haciendo las fuerzas democráticas del mismo”, abre fuegos la socióloga Isabel Pereira, directora de la Unidad de Análisis del Centro de
Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice Libertad).

La experta –peregrina tenaz en la tarea de conectar a las bases con la empresa privada– remarca que, aunque el Gobierno tiene casi 11 años en el poder, ha tenido más recursos que cualquier otro Gobierno y tiene el control de todos los poderes, no ha podido implantar de manera vertical el comunismo. El tiro de gracia le ha sido esquivo, “porque la sociedad ha ofrecido una resistencia muy grande”.

Depende del cristal

En este sentido, Miguel González Marregot, vicepresidente del Consejo Local de Planificación Pública del Municipio Baruta, pone sobre la mesa, como una reluciente navaja de doble filo, dos maneras de entender el fenómeno de los consejos comunales.

Por un lado, la perspectiva ideológica, o de levantamiento de un embarazoso andamiaje neo comunista y, por otro lado, la perspectiva de gestión, es decir, de canalización de los fondos públicos con fines operativos, funcionales, o de efectiva y eficiente concreción de mejoras palpables en la calidad de vida de
las comunidades.

La gente –explica Pereira– vio, en una primera instancia, emerger a los consejos comunales del interior de la revolución bolivariana –ya figuran en la Constitución de 1999, pero no es sino hasta 2006 cuando se publica en Gaceta Oficial la primera Ley–, como una vía para acceder a recursos fiscales, para resolver los problemas de la comunidad. Cuando se crean, la primera instrucción que reciben es realizar un diagnóstico y luego hacer los planes.

¿Qué sucedió? Que una vez levantado el inventario de problemas, cuyas respectivas soluciones vendrían a configurar la fisonomía del pago de una pregonada deuda social, surgen diferencias procedimentales en el seno de las comunidades.

¿Qué cosas son más importantes que otras, qué se hace primero y qué se deja para después? Eso no sería nada. Hasta ahí todo tendría solución. El verdadero problema, el quid de la indigestión participativa tiene su génesis en la puesta en marcha de dichas soluciones.

Cuando las comunidades tienen esa información en sus manos –explica Pereira echando para atrás la película– comienza la confrontación política. Por primera vez –afirma– las comunidades se estrellan violentamente contra una estructura super concentrada de poder, donde las instancias locales, municipales,
estadales, “son especies de estafetas de correo, porque en realidad todo se decide a nivel presidencial”.

No hay que olvidar que el consejo comunal era la célula madre de la nueva geometría del poder, contemplada en el proyecto de Reforma Constitucional, la cual, sin detener al lector en el detalle, daba al traste con la figura de alcaldías y gobernaciones, convirtiéndolas en cascarones vacíos.

La amarga realidad

Las respuestas que obtienen las comunidades al presentar sus problemas ante las instancias de toma de decisiones –continúa la directora de Cedice– son parciales y discrecionales, no tienen nada de planificadas. Los ciudadanos se encuentran, ahora, con un Estado totalmente concentrado, que no tiene ninguna capacidad de respuesta, “porque ése no es su verdadero problema”.

Pero la analista arriesga más y asevera a rajatabla que el único fin del Gobierno es dejar caer sobre el país una mano pesadamente controladora, centralizante y de corte corporativista. No obstante –contrapone Pereira–, una vez que sale el sol, se abren las puertas de los primeros consejos comunales y suena el traquetear de las engrapadoras que fijan el blanco y negro de los clamores ciudadanos, brotan naturalmente personas que tienen tradición democrática, que creen en la propiedad privada, tanto oficialistas como opositores, y que han vivido en libertad.

En fin, el desenlace de todo es nada menos que los consejos comunales son “un autogol que se metió el Gobierno”, según sentencia Pereira. Acaso porque echaron a andar un despertar ciudadano que se traduce en desengaño y frustración. El presidente Chávez –afirma– asiste a una creciente pérdida de poder y prestigio, lo cual, no obstante, no llega a constituirse en el germen de una rebelión popular, sino, más bien, es una toma de conciencia perfectamente verificable y mensurable, con su reflejo natural en las urnas.

Pero, ¿cuál es la narrativa que se teje aguas abajo? Nirka Tiamo, miembro del consejo comunal del barrio Santa Rosa, en el Municipio Libertador, quien no oculta sus simpatías por el Gobierno, hace énfasis en que los logros de su comunidad se deben al trabajo tenaz y en equipo de los miembros de la comunidad, de la militante participación de los vecinos, demandados por esta hora de la patria –a su parecer– a tomar las riendas de su propio destino, en este proceso de oxigenación de la vida ciudadana, cuya mecha fue encendida por el presidente Chávez, según afirma. Valga precisar, llegados a este punto, que el movimiento popular venezolano no nace en 1999, sino décadas atrás, en los años 70 del siglo pasado y acaso, más atrás.

Tiamo deja en claro que no cree que el asunto dependa de un solo hombre, sino de la voluntad enérgica de los ciudadanos para echarse a andar, para soltar las amarras de la dependencia paternalista, para organizarse, discutir ideas, para aprender, para llenarse los pantalones de barro y no dormir bajo los efectos de una opiácea dejadez. “Algo muy importante es que los ciudadanos se preparen cada vez más”, sugiere como piedra de toque y punto de honor.

No todo es tan malo

Si bien no hace falta ser un genio para entender que la rendición de cuentas de los consejos comunales deja grietas insalvables (si se parte de la premisa de que fueron engendrados para liquidar la ineficacia en la real solución de los problemas puntuales de las comunidades) hay que hacer, no obstante, una pausa y dar –como se dice– al César lo que es del César.

No todo es tan malo. González Marregot, por ejemplo, ha identificado tres puntos a favor: los consejos comunales activaron la participación vecinal; los líderes comunitarios tienen a esta hora un mayor conocimiento, saben lo que es un árbol de problemas, cómo se formula un proyecto; y, por último, estas instancias comunitarias han terminado por ser factores de presión sobre las autoridades públicas.

Pero como se dijo al inicio, algo no hace click. González Marregot toma distancia y advierte que, aún cuando no es sano generalizar, el clientelismo y la corrupción no dejan de jugar su peligrosa carta. “Hay una pérdida importante de recursos, que es inauditable, una caja negra”, denuncia.

No es, ni con mucho, la única costura que se le ve a este apretado traje. Manfredo González, miembro del Consejo Comunal de la urbanización de clase media alta El Marqués Norte, aporta que de cuatro años que tiene funcionando éste, tres fueron tiempo perdido, exactamente los mismos en que José Vicente Rangel Ávalos (dirigente del oficialismo) gobernó en el municipio Sucre.

Es apenas luego de la elección de Carlos Ocariz (dirigente de la Alianza Democrática), que algunos proyectos se han puesto en marcha. González relata cómo durante la gestión de Rangel Ávalos, los consejos comunales alineados francamente con el Gobierno eran objeto de todo género de facilidades y privilegios,
en tanto que los opositores debían bregar con un alud de trabas y engorrosos escollos burocráticos. Y aún la presencia de Carlos Ocariz en la Alcaldía de Sucre, se excusa, no constituye del todo una garantía.

De su lado, la vocera del Consejo Local de Planificación Pública del Municipio Libertador, Armida de Álvarez, da cuenta de cómo en esa instancia media, la pelea es dura y hay que sudar para que las demandas de los consejos comunales representados por ella, entre otros, traspasen la férrea barrera del Poder Municipal. El alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, asegura, presta oídos sordos a todo el que no diga “firme” ante al proceso, y de ahí hacia arriba, el trato es directo, puro y duro, con la Presidencia.

Para bien o para mal

Pero lo cierto es que, ya que se esté a favor o en contra, el sentido común parece aconsejar que todo el movimiento de arenas que han traído consigo los consejos comunales sea advertido como una señal de los tiempos. Para bien o para mal, si hay algo de lo que se puede estar seguro es que el constante movimiento de las fuerzas políticas venezolanas, encuentra su vivo espejo en estas peculiares estructuras de base.

Las próximas elecciones parlamentarias del 26 de septiembre, no solamente podrían llevar hasta el Parlamento nuevos representantes opositores de las diversas regiones, con lo cual los consejos comunales ganarían voz y voto en los debates legislativos, sino que, dependiendo de en qué medida se ganen escaños de lado y lado, la Asamblea Nacional podría comenzar a protagonizar una historia de auténticos pesos y contrapesos, con respecto a los otros poderes. Esto haría, cuando menos, un poco más escarpada la cuesta que lleva a la concreción de una política centralizadora.

Con un panorama de este tenor, otro gallo podría cantar para lo tocante al ejercicio de una ciudadanía activa y protagónica. Los analistas coinciden –por último– en que la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) también debe hacer lo suyo, en la búsqueda de activar una marcha firme y decidida hacia una vigorización definitiva e irreversible de la democracia. El miedo, como el mercado, es libre.

Alejandro Ramírez Morón
aleramirezve@gmail.com
Tomado de Veneconomia mensual Vol. 27 No. 7, Abril de 2010

(1) Accountability, es un término politológico, que no se refiere sólo a la acepción gerencial pura de rendición de cuentas, sino que también abarca la verificabilidad de la calidad de una gestión que estaría supuesta a desprenderse de tal rendición de cuentas. El concepto de accountability -un término aún inacabado- no se agota en el mero hecho de rendir cuentas, malas o buenas, sino que trasciende hasta el punto en que, de esa rendición de cuentas, se concluye lo mensurable de la calidad de la gestión. No sólo presentar cuentas, sino presentar resultados.
De este modo, todas las instancias implicadas en el sistema de consejos comunales deben rendir cuentas o presentar resultados, desde los líderes comunales hasta el poder central, si bien en gestión pública se entiende más por un proceso de pesos y contrapesos entre representantes y representados. Este análisis parte de que todo el sistema de consejos comunales presenta escasa rendición de cuentas o presentación de resultados. No es sólo que no se dispone de la información, lo que lo hace una caja negra, inauditable, sino que no hay resultados, hechos, facts, que demuestren que el trabajo -resolver los problemas de las comunidades- se está haciendo, en efecto.

ARTICULO DE OPINION: hoy mas que nunca hay que participar activamente

Sociedad de soplones y alcahuetes


Como en todo régimen totalitario, el de Hugo Chávez está tejiendo un entramado "legal" para convertir a la sociedad venezolana en un conglomerado de soplones de sus vecinos y alcahuetes de la élite mandante. En su Cuba ideal, han sido las organizaciones de "chivatos" las que han permitido el control y sometimiento de la población. En Venezuela, serían los consejos comunales una de esas redes de soplones y vigilantes de la sociedad.

A los Consejos Comunales se les ha dado la potestad de defender "el interés colectivo y el desarrollo integral" de la comunidad y se les ha hecho "corresponsables" con el Estado en la promoción del "ejercicio y defensa de la soberanía e integridad territorial de la nación".

Hoy no existe ley revolucionaria donde no se establezca la injerencia de los consejos comunales, bien sea en una actividad comercial, colectiva o individual.

Está, por ejemplo, la Ley de Defensa del Acceso de las Personas a los Bienes y Servicios (Ley de Depabis), donde los consejos comunales han sido, en conjunto con el Indepabis y la Guardia Nacional, artífices de tomas, fiscalizaciones, confiscaciones, expropiaciones de cuanto comercio o empresa distribuidora se les ha dado la gana.

Ahora, se pretende aprobar una Ley Orgánica de la Contraloría Social, que terminará siendo otro instrumento de vigilancia, monitoreo y sapeo cotidiano en toda gestión pública y en cualquier actividad social, privada y comunitaria que, al "entender" discrecional de "cualquiera", afecte "el interés colectivo".

La argucia para querer promulgar una Ley de Contraloría Social es el combate a la corrupción, al uso ineficiente y al despilfarro de los recursos públicos. Pero, éste es un argumento falaz.

Por un lado, la Constitución establece claramente que estas actividades de Control de la gestión pública son de atribución de la Asamblea Nacional, de la Contraloría General de la República y del Ministerio Público. Por otro, la ONG Transparencia Venezuela, con metodología y experiencia comprobada a nivel internacional, viene trabajando con alcaldías y otros entes públicos regionales para ayudarlos a identificar prácticas no transparentes en la gestión y aplicar los correctivos necesarios.

En cuanto a la Contraloría Social de la actividad privada, comunitaria y ciudadana, cabe recordar que también están estatuidas constitucionalmente las instancias legales para dirimir violaciones de las leyes y las normas del buen convivir.

Esta Ley llama a suspicacia, especialmente luego de dos hechos: Uno, el que los trabajadores que denunciaron los contenedores con productos descompuestos en Carabobo, reciben como respuesta del ente público donde laboran una carta de despido. Otro, que el Ministerio de Comercio insista en expropiar al distribuidor de alimentos El Vedugo, a pesar de los argumentos a favor de esa empresa que hicieran varios consejos comunales de Los Teques.

Para algunos analistas, el objetivo real de esta Ley sería la dominación y la rendición total de los ciudadanos, ya que ésta es la forma más expedita para la instauración del castrocomunismo en Venezuela.


Tomado de Veneconomia Opina, 11 de Junio de 2010

martes, 1 de junio de 2010

INFORME DE GESTION 2008 - 2010

Estimados vecinos:

En fecha 29 de Mayo de 2010, tuvo lugar una asamblea de ciudadanos, que nos permitió palpar en vivo la crisis de nuestra comunidad en cuanto a su preocupación por el futuro de nuestra urbanización.

En todo caso, se hizo la presentación del informe de gestión de los primeros dos años del consejo comunal, cuyo link se anexa: INFORME DE GESTION 2008 - 2010, así como los pasos a seguir para adaptarnos a la nueva ley de consejos comunales, lo cual es de obligatorio cumplimiento.

La época de vacaciones no ayuda porque el equipo real disminuye considerablemente, sin embargo se harán los mejores esfuerzos, de los voceros que puedan ocuparse, para asegurar estar al día.

Una vez mas también se exhortó a los edificios morosos para que hagan su aporte de 150 bsf/familia, para así poder llevar a cabo las actividades pendientes, toda vez que este consejo no recibe recursos por ninguna otra vía y hasta las fotocopias han tenido que ser financiadas por los voceros que trabajan por la comunidad.

A la espera de su participación, saludos a todos.